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Siendo Siciliano, cada vez que conozco a alguien y me pregunta de donde soy, una de las primeras palabras que me dice si ya ha tenido la oportunidad de viajar a Sicilia es: qué bien se come en Sicilia, qué buenos están los arancini, los cannoli, las granitas, ecc..
Se trata del rey indiscutible de la comida callejera siciliana y constituye un gran atractivo para el turismo gastronómico de Sicilia. El arancino es una crujiente croqueta de arroz y queso fundido que tiene un poco de árabe, un poco de alemán y un poco de español.

Para todos los que tienen pensado viajar a Sicilia, os introduzco de que están hecho los arancini. Se elaboran con arroz, azafrán, un poco de ragú (salsa de carne), guisantes y tacos de queso. Se forma una bola con todos los ingredientes, se empana con pan rallado y se fríe hasta conseguir un dorado anaranjado. De ahí su nombre: arancino (naranja pequeña). Dicen los sicilianos que su origen está en la cocina árabe que trajeron los sarracenos en los siglos IX y X, pero que hasta el siglo XIII los cocineros no comenzaron a empanar y freír las bolas de arroz. Lo hicieron para conservar el arroz y ofrecer al rey Federico II un tentempié fácil de transportar en sus largas expediciones de caza. El ragú se añadió más tarde, cuando los españoles introdujeron el tomate en Italia en el siglo XVI.

Aunque son un símbolo siciliano, los arancini combinan sabores de toda Italia: risotto con azafrán de Milán, ragú de Bolonia y queso del sur. Se sirven en todo el país, pero para disfrutarlos al máximo hay que unirse a los lugareños en un café de Sicilia y comerlos de pie en la barra, donde se apilan como balas de cañón antes de la batalla y son servidos al cliente por hábiles camareros. Al comerlos hay que estar preparado para ensuciarse: después de morder la crujiente capa exterior se llega al huidizo relleno de arroz, guisantes y queso fundido. No hay que preocuparse, pues en Sicilia la gente disfruta sin complejos de la comida. El sitio en los que según la gran mayoría están más buenos los arancinos es Catania, y uno de los bares típicos de toda la vida es Savia, en pleno centro, exactamente en la Via Etnea.

Para todos los que van a viajar a Sicilia, os comento que el precio suele oscilar entre 1,50 y 2,00 euros. Así que ya sabéis … si viajáis a Sicilia, que no se os olvide probarlos 🙂